Hola, amigos, hoy estamos aquí para hacer un repaso por lo que ha dado de sí nuestro primer concurso de relatos o cuentos de terror. Voy a ir al grano, esta vez pedía democracia, es decir, que fueran ustedes los que, a través de sus votos, pudieran elegir a los ganadores. Esto siempre tiene sus pros y sus contras, pero al fin y al cabo creo que la resolución ha sido positiva, no sólo porque honestamente creo que los ganadores se lo merecían sin ningún tipo de fisuras, sino que además y quizás más importante, porque no ha habido contratiempos y todo el mundo ha actuado en consecuencia y con respeto máximo tanto a la institución que represento como en relación al resto de compañeros. Por tanto, lo primero que debo decir y en mayúsculas es que ME QUITO EL SOMBRERO ANTE VUESTRA EDUCACIÓN, VUESTRO CRETERIO Y SOBRE TODO, ANTE VUESTRA INFINITA PACIENCIA.
Lamento, en este sentido, los inconvenientes o malentendidos que se hayan podido llevar a cabo. No habiendo sido en ningún caso mi intención el haber querido perjudicar a nadie de forma específica.
Agradezco, al mismo tiempo, a los 48 participantes (el número 49 era yo mismo y como saben, aunque había llegado a la segunda ronda, no participa realmente, y desistí seguir con el juego) por su generosidad, su talento y su pasión por las letras.
¿Por qué mi relato?, por cierto, que nunca hablé de ello. Lo incluí simplemente como EXPERIMENTO, ya que para muchos de vosotros mi mirada era la de MAESTRO (no lo digo, en absoluto, de forma mesiánica, ni me considero impulsor de nada, sino que lo digo con toda la humildad del mundo) Pero claro, en esa doble vertiente, MAESTRO (docente que enseña y que lo sabe todo) PUPILO (alumno que lo asimila como una verdad inmutable) me apetecía, esta vez, convertirme en uno más, un objeto de estudio, desnudo de lo que representan unas siglas. Y por tanto quería enfrentarme a críticas voraces, señalando mis errores, que son muchos, fundamentalmente porque todo tenemos y sobre todo porque cada perspectiva humana es diferente.
La verdad es que me sorprendí puesto que casi nadie incidió en problemas gramaticales, al menos demasiado graves y en este sentido quiero dar las gracias a Axiel, un auténtico sabueso en esto de la crítica y que podría abrir, perfectamente, su propia página.
Por tanto, del experimento me quedo con varias conclusiones. Primero, que hay gente que se deja arrastrar por temas morales a la hora de tasar o leer una historia (cosa perfectamente plausible) Segundo, que todo el mundo está supeditado a crítica y puede cometer errores y tercero y más importante, al menos para mí, que a pesar de lo que nadie te diga, si no estás de acuerdo, creo que es importante esta lección, se puede sin ningún tipo de fisura, contestar e incluso rebatir (siempre con educación y respeto claro, que es lo primordial) Yo creo que cuanto te hacen una crítica, tú también debes ser objeto activo y estar de acuerdo o no, con las apreciaciones de la persona que se toma el tiempo de leer tu texto. Y si crees que lleva razón, por qué no, hacérselo saber. Por tanto, el análisis ha sido bastante positivo. Y honestamente, lo digo con orgullo y sin ninguna vanidad, me encanta mi texto y por Dios, NO TENGO NADA QUE VER CON EL MOSTRUO QUE SE RELATA, AUNQUE ES UNA OBVIEDAD, SUPONGO…
Volviendo al concurso y sobre todo a lo que nos interesa, los ganadores. He decidido, al margen de hacer una reseña individual para cada uno de los galardonados, (medalla de oro, plata y bronce) una conclusión conjunta y en la que puedan ser recogidos otros aspectos relacionados con el concurso.
Lo primero decir que, como no podría ser de otra manera, me he permitido leer a todos. No pude hacerlo en el tiempo que me hubiera gustado por la trágica e inesperada muerte de mi abuela, pero lo fui haciendo de manera paulatina, posteriormente. Lo primero decir que, al margen de haberles leído o no (que sí lo hice con algunos, entre ellos el ganador, el texto de Teresa Mateo, que me pareció magnífico, y el segundo y el tercer premio, precisamente, igualmente magistrales) le puse un diez a todos los textos desde mi seudónimo de Juanca. Y después, en la segunda ronda, un cinco a cada uno, repartiendo mis cincuenta puntos. Por tanto, aunque quise repartir puntos, quise hacerlo de forma equitativa y como un regalo por su fidelidad y amor a la página. GRACIAS A TODOS PORQUE DESPUÉS DE LEERLOS PUEDO CERTIFICAR QUE SE MERECEN CADA UNO DE ESOS DIEZ Y CINCO PUNTOS, RESPECTIVAMENTE.
Pero centrándonos más concretamente en los ganadores. Debo decir que, aunque a pesar de que había otros textos que me parecían igualmente reseñables y que creo que también podían haber ganado, creo que el público ha tenido muy buen tino, porque me parecen, sin duda, de los mejores y su reconocimiento, absolutamente merecido.
TERESA MATEO, cuyo texto sólo ha recibido aplausos y voces de aliento, ha construido una obra de terror asombrosa, de esas que quitan el hipo. Y lo ha hecho de forma sencilla, simple, sin estridencias, sin mostrar, de manera sugerida pero al mismo tiempo aterradora. Porque lo que Teresa consigue es ponernos en esa situación y que se nos hiele la sangre. Y no necesita artificios, ni máscaras. Todo fluye, como si el terror fuera parte habitual de su escritura. Y lo apasionante y al mismo tiempo sorprendente y misterioso es que, parece ser, que Teresa no es asidua a este tipo de género y que su incursión ha sido esporádica. Por tanto, no hay más que rendirse en aplausos ante un texto que brilla con luz propia. Un ganador con mayúsculas. Una mujer capaz de enfrentarse con voluntad y respeto a cualquier tipo de obra literaria.
PERCEVAL GREAL, sin embargo, nos regala un cuento completamente diferente. Un capricho del gótico decimonónico, que es una joya en sí misma, de un lenguaje elegante, pero comedido, que navega entre las novelas de grandes autores como el propio Poe y la modernidad. Un texto, como digo, absolutamente delicioso y que encierra, como un universo paralelo, lo mejor de la literatura. Un placer estética y para los sentidos que además nos hace pensar y temblar de la emoción. Un terror psicológico e inteligente, que hace las delicias de los paladares literarios más exigentes y exquisitos
ARTURO VILLEGAS, finalmente y sin embargo, se decanta por un terror más clásico y no por tanto obvio. De una escritura auténticamente sublime, nos regala un cuento magistral, en el que se destapan los entresijos del alma humana, los miedos más ocultos del ser humano y se vuelca, al mismo tiempo, en lo exotérico, en lo intangible, en lo que no se puede tocar, pero aterra porque se siente.
Por tanto, tres ganadores absolutamente diferentes pero igualmente magníficos tanto en su contenido como en su forma, un broche de oro para un concurso con mayúsculas.
Muchas gracias por habernos regalado, y ahora hablo de los 48, tanta ilusión, tanta magia, tanto terror, tanto misterio y sorpresa. Muchas gracias por una literatura de tan alta calidad. ASÍ MERECE LA PENA LIDERAR CUALQUIER TIPO DE CLUB LITERARIO
UN PLACER Y HASTA LA PRÓXIMA EDICIÓN
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