Orson Welles, el gran genio de la cinematografía universal, era un enamorado de España y su cultura  Hasta aquí nada nuevo, pero lo que no todo el mundo sabe es que, una vez muerto, sus cenizas fueron esparcidas por la finca de su gran amigo Antonio Ordoñez. Al parecer, el insigne artista, se sentía tan ligado a nuestro país, que quiso descansar eternamente en el lugar del mundo en el que había sido más feliz.

El dato es, cuanto menos, curioso. Pero para mi, además, revelador y simbólico. Y por eso, lo he elegido para bautizar la página y en consecuencia, este proyecto cultural que tanto me identifica e ilusiona. Revelador, porque vino a mi como un relámpago, como un huracán inesperado, y simbólico, al mismo tiempo, porque una vez cosido a la piel de la memoria,  ha descubierto todo ante mi un universo de posibilidades interpretativas.  

Porque, ¿Qué se quiere decir exactamente con dicho título? Lo primero una advertencia, para mi es más que un conjunto de palabras o un simple apelativo. En definitiva, no ha sido un trámite por el que pasar obligatoriamente. Muy al contrario, se trata de una bandera, una carta de presentación que, con poco,  lo dice todo.

¿Todo? Sí, porque es sutil, eficaz y absolutamente práctico. Pero vayamos por partes, desmenuzándolo concienzudamente.. Desde el principio se alude a la figura del polifacético cineasta estadounidense. ¿Qué significa? Pues claro, que vamos a hablar sobre cultura. Welles era, como acabábamos de decir, multidisciplinar. Su mentalidad, de caballero renacentista, guía este trabajo. Igualmente, aludo a la ceniza, aquel elemento en el que, de una u otra forma, convergen todas los seres vivos. Es decir, encierra un tributo a la naturaleza y por tanto, a las grandes preguntas del ser humano. Finalmente, la frase se trata, por si sola, de un conjunto estéticamente armonioso. La poesía es, en esencia, inspiración y con ella tenemos la tercera parte del puzle. Por un lado Welles, que simboliza la cultura en su plenitud, por otro el hombre, la filosofía, el gusto por el conocimiento y como colofón, el arte, que es la expresión de nosotros mismos y nos enseña a reflexionar.

Hasta aquí un análisis por separado de los elementos que conforman el nombre, del club una serie de palabras de las que me siento muy orgullo. Pero ahora vamos a observarlas en su conjunto, ya que, evidentemente, no son  compartimentos estancos, sino que reproducen una realidad, que también tiene su .propia simbología.

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Sintácticamente funciona como un complemento del nombre, no obstante, no soy experto en gramática, (lo sé y lo asumo modestamente) Sin embargo, me interesa, sobre todo, por su riqueza alegórica.

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Y es que las cenizas del demiurgo, su raíz, descansa en España, y de tal forma, una parte de su genialidad se ha quedado atada a nosotros para siempre. La semilla del conocimiento y la admiración por  los grandes maestros, son, en suma, la razón de ser de este modesto blog. Nuestro himno es el respeto a los cimentadores de la cultura que nos envuelve,  a aquellos sabios que asentaron las bases y al mismo tiempo, la crítica sincera, honesta, pero absolutamente tolerante y necesaria. 

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Pero además, se trata de una abrazo natural  entre nuestro país y la américa que realmente nunca descubrimos, pero a la que nos sentimos totalmente ligados, tanto desde un punto de vista cultural como lingüístico.. Un elemento hiperbólico, conciliador, que marca un puente con occidente a través del Atlántico. 

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En definitiva, un intento de abarcar la grandeza del humanismo desde una perspectiva minúscula. Mi grano de arena en un mar de sueños..