HOY PRESENTAMOS "EUTANASIA EN NUEVE ACTOS" DE JUAN CARLOS CRESPO.
Hoy tengo el honor de presentar la novela “Eutanasia en nueve actos” del flamante escritor Carlos Crespo González. Aquí puedes ver su biografía, pinchar en enlaces de interés y leer su reseña. Gracias.
-BIOGRAFÍA
Carlos Crespo González, escritor de 53 años, amante de la antro-
pología y la historia como camino para entender el mundo. Activista
social, lector y escritor empedernido. Seducido por es@s escritor@s
que hablaban “ de la gente y de las cosas de la gente”, en la novela de
realismo social con sombras de costumbrismo urbano ha encontrado
el espacio para sus letras. Tras numerosos relatos y escritos , y cinco
manuscritos concebidos, este quinto es el primero en ser publicado y
abre un camino en su trayecto de novelas entre lo social y la realidad
ficcionada.
-ENLACES EN LOS QUE SE PUEDE ADQUIRIR LA NOVELA https://www.amazon.es/Eutanasia-nueve-Carlos-Crespo-Gonz%C3%A1lez/dp/1914576985
https://www.agapea.com/libros/Eutanasia-en-nueve-actos-9781914576980-i.htm
https://www.todostuslibros.com/libros/eutanasia-en-nueve-actos_978-1-914576-98-0
https://www.biblio.com/book/eutanasia-nueve-actos-carlos-crespo-gonzalez/d/1458838913
RESEÑA: CARTA ABIERTA A MI AMIGO JUAN CARLOS CRESPO GONZÁLEZ SOBRE MIS IMPRESIONES ACERCA DE SU NOVELA “EUTANASIA EN NUEVE ACTOS”
Hola querido amigo.
Te llamo amigo, y evidentemente, aún no lo eres o quizás no lo seas nunca, porque ni tan siquiera sé cuál es tu apodo, si tienes hermanos o esposa, si trabajas como ingeniero o como recolector de frutas (que nadie se ofenda, todo igualmente importante y respetable) tampoco sé si bebes agua en cada comida o te va más la coca cola (o ambas o ninguna, aunque el aroma del café supongo que sí) ¿A qué viene tanta aclaración innecesaria entonces?
No, no soy un falso que llama amigo a cualquiera sin tener razón alguna, ni se me quema en la boca mientras lo leo en voz baja corrigiendo el texto y quiero aclarar inmediatamente después que no lo eres y que nunca lo has sido, a pesar de decírtelo. Es más simple y claro que todo eso, te llamo amigo porque alguien con el que has vibrado de la manera que lo he hecho yo leyendo tu novela, con el que te has emocionado, con el que has llorado y reído, con el que has temblado o en el que has pensado porque estabas deseando de terminar tu trabajo y salir corriendo a seguir leyendo, ¿no se ha convertido ya en una persona lo suficientemente importante en tu vida? Porque al fin y al cabo, los amigos son momentos, anécdotas, situaciones buenas y malas y una parte de ti, de tu pensamiento, de tu arte, te lo aseguro AMIGO (y esta vez va con mayúsculas aunque ya no volvamos a hablar) se ha quedado y se va a quedar unida a mis huesos y a mi carne para siempre, como lo hace el fuego incandescente en algunas reses. Porque este libro no es uno más, sino uno de los más importantes de mi vida. ¿Exagerado? En absoluto, si es cuestión de confesar, a veces soy de esos que no distingue fácilmente entre la izquierda y la derecha (un poquito raro, lo reconozco) pero si algo llevo como bandera es mi total, intransferible e infranqueable honestidad. Así, que amigo, aquí te dejo mis impresiones sobre tu libro y de paso abro esta carta para que todo el mundo las conozca y quiera correr a comprarlo.
Lo primero está claro, son tantas las cosas que me gustaría decirte, tantos los matices, tantas las emociones, que esta reseña no va a, (sería imposible) abarcarlo todo ni estar a la altura. Pero al menos voy a intentar plasmarlo de la mejor manera posible.
Mis impresiones ya fueron absolutamente positivas desde el principio y así te lo hice saber, contactando contigo tras leer hasta la página 30 para comunicártelas (cosa que no he hecho con nadie excepto contigo, te lo aseguro) Y ya me advertiste una cosa que me pareció reveladora, que la novela, a pesar de lo pasional y encarnado de los personajes, no era autobiográfica y que no tenía nada que ver con tu propia vida, (si no tenemos en cuanta algunas anécdotas y algunas experiencias que se plasman en cualquier acto artístico, sea este cual sea, claro)
Eso me hizo pensar mucho. Ya me había dado cuenta de que la novela era auténticamente maravillosa. Bien escrita, estructurada, con un lenguaje que navegaba en un equilibrio perfecto entre la depuración de la palabra y profundas reflexiones. Pero el hecho de pensar que Albert (el personaje principal) no tenía nada que ver con Juan Carlos, su autor, me impactó. Porque entendí que estamos ante un maestro de algo que es muy difícil, quizás lo más difícil bajo mi punto de vista, de conseguir en cualquier obra artística, hacer realista, hacer verdad a un personaje. Un personaje, que como dije anteriormente, se encarna, como si viviera a través de Juan Carlos. Y esto no es nada baladí ni una tontería, porque normalmente el arte, como imitación a la vida, suele acercarse, rozar la verdad, pero se queda en un punto intermedio entre realidad y ficción. Albert está tan bien perfilado (Albert y todos los personajes, pero hablamos ahora de este) que parece que fue él mismo quién, una noche de insomnio, se levantó de la cama para escribir lo que fue su vida) POR TANTO, NO HAY MÁS QUE DECIR, MAGISTRAL, SUBLIME, DE UNA INTELIGENCIA EMOCIONAL QUE POCOS POSEEN, DE UNA EMPATÍA CON MAYÚSCULAS, COMO LAS LETRAS QUE LLEVO UTILIZANDO DESDE HACE TRES LÍNEAS.
Por tanto, nada que objetar con respecto a una novela que es, al mismo tiempo, sencilla y profunda y que, a pesar de sus múltiples reflexiones y acotaciones culturales, se bebe sola y nunca abure. Es brillante, redonda y te hace pensar (el propio tema general es como para hacer una tesis) llorar (con momentos de auténtico dolor) reír (hay un capítulo que implica a los medios de comunicación, que de los absurdo de la situación, te arranca varias sonrisas) y aprender (la novela es un mapa de Madrid con acotaciones históricas de un altísimo nivel artístico-cultural)
Esta es, y lo digo sin ninguna duda, la mejor novela o incluso el mejor texto que he recibido en mi blog (y ya han sido unos cuantos los manuscritos) Y eso es mucho decir, porque me he encontrado con gente con un gran talento, pero lo tuyo es otra cosa y no es dorar la píldora (fundamentalmente porque no gana nada) sino como te dije anteriormente, mi honestidad brutal. Porque tu texto lo escribiría, valga la redundancia, cualquier escritor consagrado
Pero sigamos ahora, analizando el libro. Empecemos por la estructura. ME ENCANTA. Primero pones al lector con el reloj de arena sobre la mesa y lo haces desde el título, que es lo suficientemente explícito como para no dejar lugar a dudas (aunque no hace ningún tipo de spoiler, a lo Crónica de una muerte anunciada, la gran obra de García Márquez) Y digo lo del reloj de arena porque exactamente, la obra es una eutanasia, o la explicación de un proceso de eutanasia unas semanas o días antes de que se produzca y es en nueve actos o capítulos. Por tanto, aunque yo prefiero, como gongorino, los títulos rimbombantes o más abstractos, ya desde el principio, colocas al lector en una posición de intriga ante un hecho, la eutanasia, que genera controversia y debate y eso es algo que subraya, una vez más, tu maestría.
Porque el reloj de arena volcado desde que comienzas es como decirle al lector “Oye, que a las nueve nos vamos, se cierra el chiringuito y el personaje se muere, o no…” lo cual invita a la más pura tensión y cómo no, a seguir leyendo como las novelas de Agatha Cristie (salvando, claro, las distancias, que en este caso, son extremas)
El primer capítulo, la conversación con su hermana Glenda, ya es absolutamente emocionante y eso engancha. Aunque, me doy cuenta, quieres dosificar la carga reflexiva para no resultar pesado o cansino desde el comienzo, y eso es algo fundamental, ya que el marketing es muy importante. Pero no lo niego, ni se me ocurriría, me hizo llorar y eso es algo que no consiguen muchas novelas.
Pero además, hay algo que me parece de una delicadeza e inteligencia superior. El hecho de introducir cada capítulo con una poesía, que es resumen y presentación de lo que vas a hablar. O incluso homenaje, en algunos casos, de las personas con las que, en él, conversa el personaje, a modo de despedida, antes del advenimiento de su propia muerte. Son poesías sencillas, que se entienden perfectamente a pesar de la metáfora y el resto de los recursos estilísticos, de una gran carga emotiva y reflexiva
Pero sigamos con la estructura, me encanta como vas hilando pasado y presente y cómo así, se va entendiendo, en dosis pequeñas pero certeras, la personalidad, al mismo tiempo frágil y fuerte (la paradoja de la vida) del infeliz protagonista y su mundo (desde la niñez hasta su etapa adulta y desde lo más genérico hasta lo más particular) Y recorrer todos los matices de su vida junto a él y su pensamiento antes del acto final, me da escalofríos porque lo interiorizo y me doy cuenta, repasar la vida, debe ser un ejercicio habitual de todas las personas condenadas, de una u otra forma, a la muerte. Por tanto, es hermoso y al mismo tiempo, aterrador, recorrer, como remolino, las estancias de su vida, y pasear por sus recuerdos de juventud, emocionarse con los besos y caricias dadas y recibidas, ofuscarse con sus fracasos y temblar ante la memoria de un padre miserable, que fue nefasto en su mundo.
En resumen, me parece un acierto esa estructura sencilla, narrada en primera persona pero a la vez reflexiva, llena de momentos y de imágenes increíbles Y es igualmente lógico e inteligente, que presentes la vida del protagonista a través de una serie de entrevistas de despedida, lo cual me da pie a hablar de los personajes, todos perfilados con maestría. Su padre, cuya frase final es demoledora, su mujer, cuyas metáforas que utilizas para describir su amor son deliciosas, (el puente mismo sobre el río), sus amigos, que evidentemente, tienen ideas dispares con respecto al tema del suicidio asistido, (la conversación de alcohol con Mateo merece un punto y aparte), su hermana, y su rudimentaria pero al mismo tiempo sabia tata, LUZ, que por un momento pensé que le iba a hacer cambiar de opinión. Y su recuerdo del pacifico y Ecuador lo relaciono con el que tiene Albert de Cataluña durante toda la novela. Porque esa es otra, el catalán como elemento añorado de su infancia, como pieza clave en el hecho de sentirse un extranjero, un extraño, un ser de otro planeta, en Madrid, es algo que vertebra la historia y le da una amplia perspectiva y fuerza.
En cuanto a las acotaciones culturales, todas magistrales, son fundamentales en el transcurso de la historia. Y así, la propia ciudad, entiendo, se convierte en un personaje más, siempre en movimiento pero deshumanizada, siempre en el pensamiento de Albert, que enloquece, muere y vive con ella, con sus calles, con sus recuerdos. De aplaudir. Y más allá, con respecto a todos los artistas, músicos y maestros en general a los que haces referencia, ¿qué decir? Pues que hijo mío, no te privas de nada eh. Tampoco de la historia como disciplina antropológica, que como dije antes, se hace patente con explicaciones llenas de datos y detalles significativos.
Y en cuanto al final, que delicia. Es genuino, carismático, original, reflexivo, no te lo esperas y sin duda, te hace pensar, porque en sí, todo el texto te invita a ponerte en la piel del protagonista y darle vueltas a una idea que, como dijimos arriba, no deja y no puede dejar, indiferente a nadie. No voy a hacer ningún spoiler, pero sólo decir que esas llaves encima de la mesa, ponen los pelos de punta, con eso lo digo todo…y evidentemente, no estoy diciendo nada.
Por tanto, amigo Juan Carlos, no dejes de escribir porque el mundo necesita historias como estas. GRACIAS POR HABERME REGALADO ESTA GRAN Y ENRIQUECEDORA EXPERIENCIA
Con todo mi afecto, tu amigo, que lo es a pesar de no serlo, Román Andivia.