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HOY PRESENTAMOS "EL PACTO DEL SEÑOR HAWKINS Y OTROS RELATOS" DE FRANCISCO PÉREZ CAYUELA.
Infinias gracias al autor por permitirme leer un libro de relatos de tanta calidad. Puedes saber más de él y su obra leyendo estas líneas.
BIBLIOGRAFÍA
Nacido el año 1979 en Puerto Lumbreras (Murcia). Hijo de agricultores, ha sido un asiduo lector desde su adolescencia, avivando su imaginación con los clásicos de aventuras y continuando más tarde con otras novelas más extensas y complejas. En 2018 escribió su primer cuento “La rana y el vagabundo” como parte de un curso de Literatura Creativa realizado en la Universidad Popular de Lorca, aunque no fue hasta la llegada del Covic, y su consecuente confinamiento, cuando realmente se decidió a dar el paso de escribir la mayoría de sus relatos. Entre sus obras favoritas se encuentran El lazarillo de Tormes, Las mil y una noches, Matar un ruiseñor, Los miserables y los relatos de misterio de Agatha Christie y sir Artur Conan Doyle.
ENLACES DE INTERÉS
https://editorialcirculorojo.com/el-pacto-del-senor-hawkins-y-otros-relatos/
https://www.casadellibro.com/libro-el-pacto-del-senor-hawkins-y-otros-relatos/9788411118491/12730325
RESEÑA:
EL PACTO DEL SEÑOR HAWKINS Y OTROS RELATOS: ELEGANCIA CON SABOR DECIMONÓNICO
Francisco Pérez Cayuela nos invita en su libro EL PACTO DEL SEÑOR HAWKINS Y OTROS RELATOS a un singular paseo por cuatro mundos que a pesar de no ser completamente diferentes porque hay un hilo conductor que es el miedo, el misterio y a veces, la fantasía, al menos sí con una esencia propia y carismática. Ya que cada uno de estos mundos tiene su cosmos, su universo y su perspectiva, única y al mismo tiempo homenaje a una literatura, si no perdida del todo, quizás oculta por el devenir de los últimos acontecimientos y de la cultura más pop. Nada en contra del pop, ni mucho menos, pero de vez en cuando viene bien pasearse por el XIX como un londinense más y empaparse de la elegancia y por qué no decirlo, de lo hipócrita de lo victoriano, que se presta a lo oscuro y a lo esperpéntico, como un viajero en el tiempo que infiltrado, viste sombrero de copa y traje mientras bebe whisky escocés.
Pérez Cayuela ama el misterio y le fascina una época absolutamente maravillosa, la del gótico, en la que se basan y se retroalimentan los autores del género del más puro terror alrededor del mundo. No lo digo porque haya hablado con él o le haya hecho una entrevista. No queridos lectores, no soy su amigo ni jugamos al tenis los sábados. Simplemente he hecho algo que es como una bola de cristal al cuadrado, LEERLO. Porque leyendo se conocen muchas cosas de las personas que escriben los libros. En este caso, y quizás me equivoco, pues no soy infalible, me encuentro ante un hombre metódico, inteligente y sobre todo, elegante. Como acabo de decir, amante del XIX y fundamentalmente, de la cultura anglosajona, el autor rinde homenaje a obras de toda la vida que se han convertido en icono y late motiv a lo largo de generaciones y generaciones. No obstante y al mismo tiempo, otorgándole una mirada genuina y personal, que enamora. Una mirada, por otro lado, hecha de buena ortografía y narración a la par que una historia con clase y mucha sabiduría.
Pero además también viajamos con este singular libro de relatos a Estados Unidos y concretamente a su oeste, igualmente decimonónico y a una isla que ni la del tesoro. En ambos escenarios se suceden, cómo no, el misterio, el terror y la fascinación y esta vez se subraya la fantasía. Una fantasía que es a veces épica y aventurera y otras simplemente una visión mágica de una realidad que nos asombra. Una visión intransferible que no debe pasar inadvertida.
Por tanto y en resumen, nos encontramos con cuatro relatos bien escritos que merecen la pena ser leídos y asimilados. Cuatro relatos, al mismo tiempo, con vocación de novela corta, que bien podrían haber sido publicados en algún periódico de la capital británica en una época muy concreta de la que ya hemos hablado arriba. Cuatro fantásticos relatos, en definitiva, que recogen la esencia de una literatura que por desgracia, se ha perdido en el camino a pesar de ser, como Roma, el eje común de todas las vías.
Si me preguntan si lo recomiendo les diría algo tan sencillo como conocido por todos “ELEMENTAL QUERIDO FRANCISCO PÉREZ CAYUELA”
