AIMARA BIANQUET: DEVOCIÓN. (FINALISTA)

1 Su Excelencia Reverendísima Soy una pobre y humilde religiosa que se permite alzar sus ojos por un momento para dirigirse a Su Excelsa autoridad. Lamentablemente las circunstancias me obligan a molestar a Vuecencia con mi nada importante vida. Estando en la primavera de ésta, a la edad en que las otras niñas se preparan para ingresar a sus colegios secundarios, yo supe, sin el menor lugar a dudas, que el destino de mi humilde ser era el convento. Mucho me costó vencer la resistencia de mis padres que creían que me perderían permitiendome seguir mi vocación. Pero mi santo padre confesor logró hacerles entender que el entre gar una hija a Dios no era perderla sino ganarla excelsamente. Y asi entre al servicio a la edad de trece años y ahora que hace ya diez que estoy en él,me veo obligada a comunicarle,Santísimo Padre, que una pena muy grande destroza mi corazón.Mi amada orden, sagrada y recoleta,como Su Excelencia bien lo sabe,orden de reclusión absoluta,ha sido mostruosamente cambiada.Veo nuestras buenas y santas costumbres diluirse en un continuo entrar y salir como si nuestras sagradas paredes ya no significáran refugio ni ho gar espiritual.Ruego a Vuecencia se me permita trasladar mi inexis tente persona a otra casa de reclusión donde éstas absurdas ideas de contacto con el mundo,de modernidades paganas,no perturben mi misión de consagración absoluta que considero sacra.Sin mas, vuelvo a disculparme por la molestia de ésta pequeña y nada impo tante religiosa y quedo humildemente a la espera de respuesta.

2 Excelencia Reverendísima El dolor me abruma.Lamento tanto importunarle con las desdichas de mi insignificante vida!El convento al que tanto agradecí ser trasladada,en el que tan feliz y en paz me sentí los primeros meses de mi estadía,disfrutando santamente del silencio y recogimiento de los santos claustros,debo comunicarle con mi corazón tembloro so que ha sufrido una penosa transformación.Mas que penosa.Me atrevería a decir que horrible!Me averguenza tener que escribirlo, pero debo confesarme ante usted,Santísimo Padre Obispo ,para librar mi corazón de espanto poniéndolo en sus manos.Por amor al Creador y amor a mi Santa Orden.Esta sacrísima casa se ve man chada por pies profanos que entran y salen de ella sin vergüenza ni pudor ninguno.Mucho me cuesta decirlo,pero se trata de hom bres Monseñor.Seres desvergonzados que no dudan en mirar a las hermanas a la cara y hablarles de temas muy lejanos de la piedad debida en el hablar cotidiano de una religiosa.Me atreví,Dios me perdone,a preguntarle a nuestra bendita superiora quienes eran estos hombres que me horrorizaban entrando y saliendo de nuestra sagrada casa con tanta desverguenza.Se me dijo que el convento era muy antiguo y que ,por tanto,requería de continuos arreglos y que éstos hombres son obreros empleados para las obras.Pero, si nuestra casa es antigua,no es nuestro deber reverenciar su his toria y no mancillarla permitiéndo la entrada de profanos? Se estruja mi corazón cuándo oigo la continua conversación de estos profanadores! Y hasta alguna risotada! Y alguno de ellos se atrevió a encender una radio! Gracias a Dios por poco tiempo.Quizás alguien con algo de decencia le obligó a apagarla! Santísimo Padre,desespe ro,necesito de su auxilio!

3 Excelencia Cómo puede ser Santísimo señor? No entiendo,no puedo entender que sus palabras ,que tan devotamente leo cuándo llegan a mi, sean iguales a las de mis padres! Cómo puede ser que usted tambien diga que debo abrir mi pensamiento,que la cerrazón mental lleva por mal camino!Es cerrazón mental mis santas devociones?Debo abrirme a ésta vida de hoy tan desprovista de abnegación?.Debo aceptar las explicaciones de mi superiora,tan pacientes pero tan profanas?Lo que ustedes califican de fanatismo y cerrazón,permi tanme decirles que yo lo llamo entrega irrestricta! Y ruego a Su Excelencia Reverendísima que sepa disculpar ésta pequeña vani dad mía que me hace sentir mas devota que otras siervas.

4 Vuecencia Lamento tener que escribirle que he llegado al colmo del espanto. Soy una pobre servidora del Altísimo .Mi penosa condición no me da ya fuerzas para soportar mas iniquidades.Luego de un tiempo de paz en el que ya no hubo profanadores entrando y saliendo de nuestra sacra casa,el espanto me golpeó brutalmente.Excelencia,una de las hermanas quiso El Altísimo que cayera enferma de algo que nadie supo(o nadie quiso) decirme de que se trataba.Esto que debió ser motivo para unas largas y fervorosas oraciones entre todas,dio pie a la más horrenda herejía.Otra vez un grupo de hombres fue auto rizado para entrar en nuestra casa!Pero ahora se les permitió tocar a las hermanas!Trataron de inducirme a entrar a ese cuarto donde tamaña blasfemia se llevaba a cabo pero logré huir espantada y me refugié en la celda de la hermana mas anciana que es la hermana portera.Creí encontrarme a salvo allí.Pero estaba muy lejos de sal varme!Cuándo le referí lo ocurrido,mi santa hermana se puso a reir diciéndome que esos hombres eran médicos y que se trataba de una revisión de salud o algo asi.Tanto rió de mi angustia,que comprendí que el maligno había hecho presa de su santísimo cuerpo.De pronto, me vino la inspiración de cuál era la misión que El Supremo me con fiaba.Yo debía quitar la vida del cuerpo de mi hermana para que el maligno ya no se interesara en poseerla y saliera de ella.Era una mi sión de supremo amor.Lo hice,pude cumplir con el Altísimo.Debo hacer lo mismo con los cuerpos del resto de mis hermanas y final mente podremos habitar en paz y suprema santidad ésta Santísima casa que será asi salvada del mal que la ha invadido.Esto es una cuestión de supremo amor.Ya he salvado a unas cuantas y ha puesto sus cuerpos a buen resguardo en nuestra santificada cripta.Sé que allí no podrá entrar el maligno.Cuando termine mi tarea redentora, yo cuidaré el descanso de todas hasta el día del gran juicio.Asi sea.