Hoy tengo el placer de presentar DETRÁS DE LA NOCHE MÁS OSCURA de la escritora viguesa Elena Comesaña. Puedes encontrar más información sobre la autora a través de su Facebook Elena Vigo o de su Instagram Eleluninja.
BIOGRAFÍA
Escritora nacida en Vigo que ha escrito poemas durante años tanto en castellano como en gallego. Algunos publicados en medios populares de su tierra y uno de ellos figura en el Muro de los Poetas de su ciudad. Su introducción a la narrativa comienza en noviembre de 2021 con la publicación de “Querida Lola” con Círculo Rojo. Esta primera obra es una novela corta, intimista, “la novela de los sentimientos” según el prólogo de Pedro Crenes. Pone de manifiesto la desigualdad de género. En mayo de 2022 publica la versión en gallego, de la mano de Ir Indo Edicións. En marzo de 2022 publica “Las Ruinas del Gran Hotel”, recibida con gran entusiasmo por sus lectores. En junio del mismo año lanza una Edición Especial a petición de la Fundación Mondariz Templo del Agua. En esta novela se denuncia el abuso de poder, el maltrato y la avaricia. Por último en abril de 2023 publica “Detrás de la noche más oscura” con el respaldo de Ir Indo nuevamente. Esta última novela transcurre en la posguerra civil española, entre huídas por la supervivencia y persecuciones sin piedad. En palabras del prologuista Pedro Crenes, la obra contiene “buena prosa, emoción, acción y pura vida más allá de las ruinas, de la victoria o de la derrota. La justicia poética , hace de esta novela un “Canto a la libertad y a la justicia”, según la propia autora. La acción de su segunda y tercera novelas transcurren en gran parte en el Gran Hotel de Mondariz Balneario.
ELENA COMESAÑA Y SU ÚLTIMA NOVELA: CUANDO LA RAZÓN Y LA LUCHA ANIQUILAN A LAS TIENIEBLAS Y SUS FANTASMAS
Detrás de la noche más oscura (por cierto, esta primera frase es el precioso título de la obra que tenemos entre las manos y de la que vamos a intentar hacer un modesto análisis a lo largo de estas líneas) sólo cabe la luz del amanecer, un rayo de sol capaz de aclarar las ideas y sanar los corazones de aquellas personas que han sufrido o que han tenido que enmudecer la voz en algún momento de su vida. Así lo sabe y lo subraya la escritora viguesa Elena Comesaña en una novela tan necesaria como interesante. Una novela en la, a través de sus personajes y sus ricos matices, le da alas a un sinfín de gente que no pudo desplegar los brazos y levantar el vuelo, cuán paloma entre palomas. O como aquel intrépido dentro de una de las composiciones de Goya, que prefiere morir mirando frente a frente a su enemigo, que agachar la cabeza ante la desesperación y el miedo.
Y es que, hay situaciones que nunca deberían caer en el olvido. Momentos de la historia que se quedan anclados en la memoria de unos pocos y que son como dagas, que siguen golpeando una y otra vez en el pensamiento de padres, hermanos, hijos y nietos. La guerra civil, con crueles desdichas y muertos a dos bandos, es uno de esos fósiles, que congelados, se perpetúan en el alma. El posterior franquismo dejó un reguero incontable de víctimas, represaliados y demás marginados sociales que hay que poner en valor. Elena lo hace con pasmosa inteligencia, sabiduría y elegancia y, sobre todo, con un gran respeto por aquellos seres que lucharon en contra de un régimen que no solamente era injusto, sino absolutamente mezquino, dañino y autoritario, posponiendo la modernidad y en sí, la progresión de España durante más de cuarenta años
La historia, que se centra en la Galicia rural y urbana, comienza cuando en la población de la Redondela, Soledad, la protagonista, corre despavorida hacia su casa, huyendo de la guardia franquista que quiere ajusticiarla. Salva su vida refugiándose en la casa de la partera de la localidad, Carmen, pero su madre, sin embargo, no tiene la misma suerte. Carmen se convertirá, así, en un bastón fundamental en la vida de Soledad, una amiga que la acompañará en su camino durante muchos años y que se tornará en su confidente y su refugio.
Por tanto, ya albergamos un lugar, un espacio geográfico determinado y que tiene mucho que ver con la trama, ya que Galicia aparece como un elemento más y destacado, un elemento que subraya el carácter de los diferentes personajes y que es, como cualquier tierra, un ser vivo en sí mismo. Las canciones homenaje a la comunidad del principio son un ejemplo claro de esto último. Un homenaje abierto, descarado, pero en el buen sentido de la palabra, a la provincia que vio nacer tanto a nuestra protagonista como a la escritora que maneja sus hilos y sus entresijos.
Pero también tenemos una atmósfera muy concreta, un país hundido en la miseria y una sociedad podrida y jerarquizada, muy marcada por la desdicha, la desesperanza y la sin razón. Una sociedad, en definitiva, condenada a una existencia tosca, baldía y callada, en post de las posibles represalias por, simplemente, pensar y actuar diferente. Un mapa de sentimientos, como digo, que Elena cose con mimo, revelándonos un universo enorme, lleno de intriga, pasión, amor, odio y lucha. Una lucha constante y con tesón a través de una oscuridad cegadora. Una oscuridad que pronto y como advertí ya al comienzo de esta exposición, dejará ver la luz de un sol, el de la mañana, resplandeciente como el filo de un cuchillo afilado, como la aurora después de las tinieblas.
Aunque, la novela que tenemos entre las manos es mucho más que franquismo y dolor. Se trata de una historia coral en la que los personajes protagonistas se mezclan con otros, haciéndose cada vez más y más cautivadora. Especial atención cobran, en ese sentido, la relación entre Carmen y Juan, el profesor o el obispo. Y, en definitiva, todos los inquilinos y profesionales que van y vienen en el majestuoso espacio del Gran hotel. Ya que este hotel, es además, como otro ser vivo dentro de la historia.
Elena critica así, no solamente un régimen dictatorial fuera de su tiempo, el único de corte fascista que perduró en Europa tras la segunda guerra mundial y el derrocamiento de Mussolini y Hitler respectivamente, sino que además, es un alegato sin fisuras a favor de la libertad en mayúsculas, del empoderamiento, de la lucha, del feminismo, de los homosexuales, de la dignidad social y humana y en contra de la sin razón, aquella que a veces se camufla de la supuesta bondad y la fe que proclaman algunos dogmas, (con todo mi respeto a todo tipo de creencias y religiones)
Una novela, en definitiva, escrita de una manera muy sencilla, sin estridencias, con voz propia, que creo, honestamente, merece la pena ser leída. Una historia de esas que arañan el alma y que invitan a su regocijo. MOITAS GRAZAS ELENA.
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