Hoy tengo el honor de presentar la obra "La resistencia de Martina" de Isa Hernández, una magnifica obra que puede encontrarse fácilmente en internet. Muchas gracias por tu generosidad Isabel.
BIOGRAFÍA
Isabel María Hernández Rodríguez
Nací en La isla de La Palma y actualmente resido en Santa Cruz Tenerife. España.
Mi pasión por la escritura era un secreto que guardaba para mí desde niña. En mis años de infancia, en la escuela, ya escribía poemas a los chicos que me gustaban y los escondía porque me daba vergüenza. Ya desde entonces leía cuentos y todo lo que llegaba a mis manos. Eran tiempos difíciles y me decían en casa que no perdiera el tiempo leyendo, y eso me motivaba más aún, a veces lo hacía a escondidas. De mayor la vida me llevó por diferentes caminos y tuve que ocuparme de algunos menesteres, pero siempre escribía y leía casi de continuo. El estudio ha sido significativo en mi vida. Estudié Enfermería y esa fue mi profesión; más tarde el derecho me atrapó y acabé la carrera compaginándola con el trabajo. Obtuve las dos titulaciones en la Universidad de La Laguna. Cuando me jubilé me sentí empujada a escribir como una forma de vida, y decidí que iba a publicar mi escritura porque así lo quería, y entonces, me preparé antes haciendo un Máster de Escritura y Narración Creativa, durante un año, y, a la vez realicé varios talleres de escritura. Con la extensa y variada lectura adquirí recursos literarios y estilos que me sirvieron para escribir mi primera novela: El viaje de Alba Bernal. A continuación, hice una recopilación de cuentos y relatos que, escribí la mayoría de ellos durante la pandemia, y publiqué mi segundo libro: Cuentos y relatos de mis noches. Ahora acabo de presentar mi tercer libro: La resistencia de Martina, en la Feria del libro de Murcia, invitada por mi editorial, ed. Letrame con la que he publicado.
Tengo varias antologías que me llenan de orgullo porque comparto con otros autores y eso me honra.
Colaboro con revistas locales nacionales e internacionales, con poemas y relatos.
He recibido buena crítica y reconocimiento, en mi corta pero intensa trayectoria literaria, y, este segundo premio que me otorga la revista Las cenizas de Welles, por "Irina viaja en la niebla", un relato que mezcla realidad con ficción y que escribí como un homenaje a mi padre, al que le dedico este premio, me llena de una enorme gratitud, porque me colma de placer, honor y satisfacción.
Isa Hdez.
ENLACES DE INTERÉS
Su página personal, donde se puede conseguir la obra en trato directo y sin gastos de envio:
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RESEÑA “LA RESISTENCIA DE MARTINA”: ORIGINALIDAD, PULCRITUD Y EMOCIÓN A PRUEBA DE BOMBAS.
Isabel María Hernández Rodríguez (Isa Hernández) es una vieja amiga de la plataforma. Y lo es por tres motivos fundamentales, primero porque es una gran persona, de una exquisita educación y amabilidad, segundo porque ha participado en todos los concursos que se han desarrollado hasta ahora (quedando en el pódium en dos de ellos y casi en otro, por cierto) y tercero y quizás más importante, porque es una magnífica escritora. Y lo digo yo, que por suerte, he tenido el placer y el honor de leer varias de sus obras. Por tanto, con esta reseña, a pesar de centrarme en “La resistencia de Martina”, me gustaría poner en valor también toda su producción literaria.
Después de analizar sus relatos, he observado que, en líneas generales, sus principales bazas a la hora de enfrentarse a una hoja en blanco son, por un lado un sentimentalismo a flor de piel, que sin embargo, sabe dosificar con inteligencia, es decir, su obra gira en torno a la emoción humana, pero no es lacrimógena ni obvia en su temática ni en su planteamiento. Por otro, una estructura y un lenguaje sencillo, aunque, evidentemente, absolutamente pulcro y depurado y finalmente, una estética comedida pero tampoco exenta de momentos culmen, con un más que certero uso de las palabras. Palabras que en otras manos y teniendo en cuenta los hechos narrados, podrían caer fácilmente en el exceso y lo pedestre. Así que, de entrada, cualquiera de sus obras son de un alto nivel narrativo y en consecuencia, absolutamente recomendables.
Pero, ¿qué sucede en cuanto a la novela que tenemos entre las manos? Pues sí, “La resistencia de Martina” cumple todas estas características y quizás las subraya, siendo desde mi modesta opinión, una de sus mejores producciones, de una carga reflexiva y una emoción abrumadoras.
Isa se sirve, una vez más, de un lenguaje sencillo, ágil, práctico y depurado, para construir una historia sin estridencias cuya base principal se centra en un concepto tan común como poco explorado o mal explorado por la literatura y el arte en general (con excepciones claro) el llamado “síndrome de nido vacío”. Y lo hace de una manera muy honesta y sincera, enfrentándose sin fisuras al dolor por la “pérdida” del hijo que se va, que abandona el hogar para volar y hacerse una persona de provecho. Y lo hace, al mismo tiempo, de una manera tan descarnada que parece haberla vivido en primera mano. La novela no es biográfica en absoluto, pero la experiencia, para ser, que sí fue real de alguna manera. No me meto, ni me interesa, en los detalles concretos, pero se advierte en la melancolía, en lo desesperado, de un personaje (Martina, la madre), que debe replantearse por completo su existencia y su papel en el mundo y sobrevivir. En definitiva, todos los síntomas de un síndrome que a veces ha sido tachado, injustamente, de pataleta, maltratado e incluso, estigmatizado. Pero Martina debe resistir y adaptarse a ese nuevo mundo que la abraza. A ese universo sin estrellas. Y lo hace a través del apoyo incondicional de su entorno más cercano.
Un tema tan sensible como original en cuanto a poco desarrollado, como acabamos de decir, en la literatura universal. Un planteamiento de cinco estrellas que merece todo nuestro reconocimiento y nuestros aplausos. Acércate a Martina y su sufrimiento y camina con ella por ese mar de la portada, hacia el sol de su recuperación, hacia el sol de una vida completamente diferente, pero igualmente maravillosa. Porque a veces resistir es sobrevivir, porque a veces sólo hay que seguir caminando…
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