“ Historia de la vida real”
¡Auxilio! ¡ auxilio! Fueron los gritos que al amanecer me despertaron, me tiré de la cama al escuchar a mi amiguita Nancy gritar. yo estaba encerrada en la habitación que compartía con mi madre. corría desesperada de un extremo al otro sin saber qué pasaba ni qué hacer: ¡Lulu! ¡Lulu! !ayúdame ayúdame!.. clamaba con desesperación, impaciente y cómo pude cogí una silla; le pegaba con todas mis fuerza a la ventana. Tenía que salvar a mi amiga como fuera. ¡Por fin! quebre el vidrio, las esquirlas cayeron velozmente en el suelo. y alcanzaron a cortarme una de mis piernas. la angustia que sentía me dieron la fuerza para ganarle al miedo que tenía. me subí en la silla y salí con cuidado por aquel agujero filoso a la habitación contigua, a la que mi madre había arrendado a Maruja y a su pequeña familia: por su trabajo como saxofonista en el Grill Versalles y los años de una buena amistad.
Me asomé por la cerradura de la puerta que no tenía la llave puesta y pude ver lo que en ese momento estaba ocurriendo. Me horrorice, al ver a Nancy corriendo por la habitación desesperada y gritando de dolor. alcance a ver algo grande y negro encima de su mano que no pude distinguir. ¿Qué es eso? grite consternada volví a mirar rápidamente: de pronto veo una cola larga que le atravesaba el brazo... no lo podía creer era una enorme rata que la estaba devorando. ella desesperada bandeaba su mano ensangrentada. tratando de quitarse aquel monstruo de encima: saltaba como si fuese un resorte. ¡Ayúdame Lulu! no podía apartar el ojo de la cerradura al ver aquel espectáculo espeluznante. estaba tan asustada y aterrada como ella, no supe qué hacer en ese instante. Pasados algunos segundos me fui espantada a toda prisa a llamar a mi mama. Toqué insistentemente la puerta que daba al negocio, pero la música y el ruido de la gente no dejaba escuchar los golpes y los gritos angustiosos que salían de los más profundo de mi SER. Al no tener respuesta alguna me devolví a ver que había sido de Nancy.
Me asomé de nuevo y mi impresión fue mayor… no vi a la niña. ¿Nancy dónde estás ? pregunté angustiada. con la voz entrecortada, respondió con un quejido. ¡Ay ay me duele! Al no estar la niña parada al frente de la cerradura, pude ver con claridad la cama del matrimonio. algo se movía de un lado para el otro dentro de las cobijas. mire detenidamente… El horror se apoderó de mí cuando vi a Ricardo... el bebe de un mes de nacido envuelto en una cortina de sangre. su diminuto y quebradizo cuerpo roído por las ratas. que con sus garras y sus uñas afiladas habían destrozado su rostro.
la figura de una calavera con algo de piel, la cuencas de sus ojos vacía y un pequeño trozo de nariz que fue lo único que las ratas dejaron sin roer, me persiguió durante un tiempo.
Recuerdo que a un lado de su cuerpo inerte: encima de la almohada. permanecía el biberón del que todavía salían gotas de leche, las ratas subían y bajaban atravesando el cuerpo destrozado del pobre Ricardo. aglomeradas en la cama. bebían del chupo donde todavía salían gotas de leche terminando de saciar su hambre y celebrando su festín.
Al ver aquel cuadro siniestro ante mis ojos. quede sin aliento... no supe si llorar. gritar o huir. Los gritos desesperados de Nancy me hicieron reaccionar. volví a pegar mi ojo en la cerradura; la rata seguía pegada a ella mordiendo sin piedad. yo estaba en shock, paralizada; sin dejar de ver la tortura por la que estaba pasando mi amiga y sin poder sacarla de el infierno que la quemaba lentamente.
Con la agilidad de mis cinco años. salí nuevamente como un bólido. espantada. Con el corazón en la mano. golpee mil veces la puerta que nadie se atrevió a abrir. sentí que enloquecía. Los alaridos angustiosos de Nancy me hicieron regresar. Volví a mirar...Nancy exhausta y desencajada, con los ojos casi fuera de su órbita lloraba sin fuerzas. La rata había abandonado su humanidad: Se acercó lentamente al ojo de la cerradura, balbuceando algo que no alcance a comprender. Luego se paró al frente, alzó la mano… me era imposible aceptar lo que me mostraba, entre en pánico...
Pude observar a través de aquella cerradura que fue cómplice y testigo del siniestro vivido. duro episodio que nos tocó afrontar a temprana edad. El dedo meñique pendía de su mano, a punto de caer la sangre salía a borbotones, sin poder detenerla. Mientras tanto las ratas se habían saciado con su otro dedo. lo único que quedaba era la falange sin nada de piel.
Me di media vuelta y salí a correr llorando y desesperada. toque más fuerte que la primera vez. mi madre abrió la puerta al verme se alarmó. me tomó en sus brazos para calmar mi estupor. en el tramo del zaguán a la habitación traté de contarle lo que estaba sucediendo. Ella me soltó inmediatamente, se asomó por la cerradura y vi su cara de espanto. Nancy no dejaba de llorar. mi madre trató de consolarla: ! tranquila ya te voy a sacar de allí! Al advertir que Mercedes había asegurado la puerta con candado. Mi madre, fue de prisa a llamar a Manuel el portero. regresaron enseguida, él rápidamente se agachó a mirar por el hueco de la vieja cerradura, lo que estaba sucediendo, por un instante se quedó petrificado llevó las manos a la cabeza y exclamó ¡ Pobre niña! Salió corriendo, apareció con un hacha, rápidamente con manos temblorosas pero seguro de lo que hacía , alzó el hacha y con un solo golpe rompió el candado. Finalmente la niña estaba libre. más, ella no se atrevía a salir. Estaba despelucada, el pijama con pintas de jirafa ensangrentado y pude ver bien el cuerpo inerte del bebe.
Mi madre entró a la habitación: tomó a la pequeña en los brazos: su cuerpo tiritaba y convulsionaba, el sangrado había mermado un poco no obstante se quejaba de dolor: entramos a nuestra habitación, mi mamá desinfectó la herida con mucho cuidado para no lastimarla. nos acostó y se quedó un rato con nosotras mientras nos acariciaba. estaba adormilada cuando escuché voces,.. Me levanté poco a poco para no despertar a Nancy. Cuando salí vi la casa llena de policías, la habitación acordonada y hablando con mamá. Manuel me apartó pero yo estaba atenta a cada palabra y a cada movimiento de las personas que se encontraban allí.
En ese preciso instante llegó Mercedes, la madre de los niños. ¿qué pasó? ¿Dónde están mis niños? preguntaba asustada una y otra vez. todos la miraron con desprecio. era la única culpable de la catástrofe que ella misma había provocado y del cual era responsable. Cansada de los quehaceres el sueño la venció: al cambiar de posición se despertó y al no sentir a su marido busco el reloj enardecida para mirar la hora; estaba amaneciendo... enfurecida por los celos decidió ir en busca de su marido. se vistió velozmente, preparo un tetero de leche, para bebe y lo dejó cerca de su boca por si despertaba: sin prever... que la leche podría derramarse. Al ver que sus hijos dormían profundamente, salió convencida que cerrando la puerta con candado sus hijos iban a estar seguros y protegidos. sin imaginar tan siquiera que su conducta impulsiva le iba a jugar una mala pasada.
Nancy al escucharla se levantó tambaleante, la poca piel que quedaba de su dedo, seguía sangrando. lloraba sin parar, y gritaba mi hermano, mi hermano, al ver a su madre se abalanzó en sus brazos… Mercedes con ojos incrédulos al notar que el dedo de su hija era un hueso, le dio un ataque de histeria saltaba y gritaba sin control; en ese preciso momento llegó un paramédico tomó suavemente a la niña de la mano para llevarla a la ambulancia, aún tengo su mirada en mi memoria, sus ojos estaban casi fuera de su órbita, el pánico se reflejaba en su mirada, y la ansiedad por separarse de su madre hacía la escena más sobrecogedora,
finalmente calmaron a la niña y nunca más volví a saber de ella.
Entretanto la policía trataba de tranquilizar a Mercedes de su ataque, el policía en cumplimiento de su función se la tomó de los hombros, le habló fuertemente y ella se calmó, luego le hizo unas preguntas que yo no entendí, la esposaron y salieron de la casa.
Al otro día, mi madre y yo estábamos viendo televisión, escuchamos que alguien tocaba a la puerta con premura… Ella se levantó del mueble, yo sali detras de ella.
Era Manuel… quien consternado le dice a mi madre…! Doña Beatriz, Maruja se suicidó!. Ella atónita dice. “cómo así Dios mío” ¿Qué pasó? desesperado por lo que ocurrió se lanzó sobre un bus pasando la Caracas, una de las avenidas más transitadas en Bogotá, literalmente lo partió en dos. el cuerpo quedó en un extremo y la cabeza salió volando por encima del bus. No aguanto tan terrible tragedia, ¡pobrecito! Le escuche decir.
Mi madre sintió hondamente la pérdida de Maruja como lo apodaban en el mundo de la farándula, por ser un gran admirador de la actriz argentina Maruja Pacheco, una mujer polifacética, pianista, profesora de música y su extensa cantidad de obras tangueras.
PDT: Nunca más volví a escuchar ni a saber de la vida de Nancy.
REFLEXIÓN
Hay momentos en la vida que son impredecibles, unos los escogemos para nuestro aprendizaje los otros los atraemos por no haber aprendido bien la lección: algunas personas debido a sus creencias lo toman como un castigo, otras según su mapa mental y sus convicciones.
Todo tiene un porqué? y un para qué ?
Normalmente nos preguntamos ¿por qué?
?¿Por qué? Es una pregunta de doble sentido: acusa y recrimina. Normalmente se utiliza cuando se vive una situación que nos produce un sentimiento de: dolor, ira, desilusión etc.
Esa misma pregunta es la que le hacemos a Dios, a alguien que nos ha herido y a nosotros mismos : nos encanta juzgar y juzgarse. cuando comprendemos que de cada hecho que nos sucede hay escondido un gran aprendizaje cambiamos de actitud.
¿Por qué?. Me fui.
¿Por qué?. No espere.
¿Por qué?. Dejé a mis niños solos.
¿Por qué? Mi marido no llegó.
Cuando le abrimos la puerta al ¿para qué?
El inconsciente nos dará siempre una respuesta, teniendo la posibilidad de autoindagarnos, reflexionar y conocerse mejor.de esta manera hacemos una conexión con nuestro verdadero SER interno en unidad con la fuente inagotable de sabiduría.
EJ: en este caso. ¿para que? estoy viviendo esta situación que me causa tanto dolor.
Para: aprender a manejar mis emociones.
Para: hacerme más responsable de mis actos.
para: darme cuenta que todo es prestado y nada nos pertenece.
para castigarme y así aprender a amarme.
No está mal escrito y tiene intriga e interés CD Le otorgo seis puntos
Fatídico amanecer: relato este que excluyo del género, según mi humilde criterio. Escribo esto con la pena que supone no calificar una obra que ha sido escrita con esmero, supongo. Las reflexiones finales le juegan en contra, me parece, ya que la sacan del tema que nos compete. lamento haber sido tan riguroso.
Muchas gracias Mirza, tendré en cuenta tu recomendación
El fondo en tu historia es sumamente provechoso para el lector, pues según entendí forma parte de tus propias experiencias. Los sucesos que esbozas, por ser tomados de la realidad, le ceden mayor terror a la misma. Esta, verdaderamente ameritó esas reflexiones finales que manejaste. La considero una excelente historia por todo ello, sin embargo existen detalles de forma que a mi opinión deben ser revisados e igualmente de ortografía, pues le restan atractivo a esa estupenda obra de terror. Puntuación: 7.