MIRZA MORELIA CAMACARO RENGIFO: !EL KARAOKE MALDITO! (FINALISTA)

En los lugares donde transita la muchedumbre no todo lo que existe es visible, pero si tan real como el convencimiento de muchos, de que tales cosas son falsas y absurdas. Lamentablemente, ellos, nunca llegarán a darse cuenta del estado terrible en que viven, subyugados al mal, por culpa de lo que más aman en la vida, que para algunos es el canto. Tan desequilibrada es la entrega hacia ese arte, que sin importarles nada llegan a perder lo más valioso de su ser: ¡la autonomía!, mientras son apresados y convertidos en obscuras marionetas a quienes los demonios atormentan y aniquilan de diferentes formas.

Hoy día, uno de ellos lidera un grupo karaokero de una conocida red virtual. Habita dentro del cuerpo y mente de un hombre llamado Ángel a quien maneja a sus anchas mientras despliega todo el mal que podamos imaginar. El ser infernal llamado “cíclope” que posee un solo ojo igual a Ángel, ejecuta sus propósitos siniestros cuando al intentar alimentar la voz chillona de Ángel, tratando de que cobre belleza, absorbe por el único ojo que el hombre posee toda la cordura, autocontrol y poder de decisión de sus presas. Ellas, son todos los que conforman la página karaokera de terror que Ángel lidera. ¡Jurisdicción donde el ciclope de la estirpe del cruel Polifemo hijo de Poseidón, yace como máximo líder! Les cuento parte de la historia de ese lugar sangriento del internet donde la sangre no se palpa, pero corre a borbotones, y donde los cantantes del Karaoke: “AMCAN” (ABSORBIDOS MIENTRAS CANTAN), actúan como zombis…

Comenzó con el chillar de aquel hombre “uni-ojo”, que al igual que el demonio que lo controlaba, poseía un solo ojo. Mientras sus chillidos eran escuchados por la multitud de navegadores, trataba de convencerse a sí mismo de que cantaba lindo. ¡Pero la realidad era que cantaba de un feo total! Sin embargo, todos lo vitoreaban con desfachatez e hipocresía, pues resulta que al haberles sido succionada sus autonomías, se dedicaron desde allí a elogiar a aquel hombre como zombis. ¡Bravo Ángel!, Ángel: ¡Bravo!, ¡Arriba Jefecito!, le comentaban, junto a múltiples gifs de congratulaciones y emoticonos de adulación, siendo muchas las estrellitas y caritas con corazones las desplegadas en la plataforma.

Esas gentes incautas e ilusas conviven allí sometidos a crueles maltratos y en obediencia sumisa al cíclope mortal, hasta que les toque ser asesinados con el mayor de los horrores. Porque les cuento que mientras más fue elogiada la voz horrible del hombre-demonio, las ínfulas que le crecieron a millón, lo llevaron a asumir el rol de rey del abismo de la muerte con el poder de acabar todo lo que quisiera. Solo una persona ha logrado escapar del control mental y asesinatos en esa prisión de la red. Se trata de un viejo arisco y amargado que logró comprender el trasfondo de todo aquello y huir hacia su libertad. Fue capaz de mirar más allá de lo visible, y creer en la existencia de lo inmaterial y diabólico. No obstante, mientras formó parte de aquella secta de esclavitud al canto horrible, logró observar y convivir con los demonios que desde Ángel hasta algunos de sus maquiavélicos administradores, controlaban la mente de todos. Por voz de él es que hoy les echo el cuento…

Al director del karaoke, el siniestro demonio que lo posee le da la facultad de verlo todo por su uni-ojo, tal como si fueran miles de ojos los que maneja. Con espantoso descaro manipula la vida de sus adeptos. Su ojo, mega poderoso (con lentes oscuros o sin ellos), le permite mirar las páginas privadas de todos sus cantantes para después de conocer sus vidas por completo, comenzar a manipularlos, atacándolos por sus perores defectos, manías, altibajos, sufrimientos, y tristezas. A partir de allí es cuando comienza a desplegar toda la maldad hacia sus víctimas, que inicia con destruir el poder que estas tienen de tomar decisiones por sí mismas, y de esta manera someterlas a sus crueles dominios. La forma en que lo hace es la más abominable del asunto, pues sucede cuando éstas cantan con el karaoke. En esos momentos el ojo diabólico succiona de estas un fluido con numerosas notas musicales de colores intensos escritas con testimonios de vida, calificativos abundantes y juicios de valor sobre las cosas y personas que nos rodean (“soy importante”, “canto bien”, “malo”, “bueno”, “bonito”, “difícil”, “feo”).

Todo lo succionado, va brotando de los ojos de las víctimas, a quienes al final se le derriten en su totalidad, convirtiéndose en solo hoyos negros destinados a partir de allí a leer las letras de millones de canciones ultra deprimentes en el karaoke y cantarlas de por vida, hasta que sean arrastrados a la muerte. Pero mientras el ojo de Ángel va succionando la integra voluntad de sus víctimas, va creciendo en tamaño hasta abarcar miles de páginas karaokeras virtuales. Esto le permite al hombre continuar arruinándoles la vida a todos los que allí van sumándose. Lo más curioso del asunto es que el hombre nunca termina de perfeccionar su voz, ni siquiera con los miles de succiones que a diario hace a las personas.

En una de las tantas ocasiones que invadió la privacidad de uno de los integrantes de su karaoke, pudo observar a una viejecita blanca, de baja estatura y con marcado sobrepeso interpretar canciones alegres para intentar olvidar el desamor de su conyugue, quien la había abandonado por una jovencita. Al mirar en el perfil de la anciana y darse cuenta de que estaba atravesando una triste situación sentimental, Ángel, analizando cómo maltratar antes a aquella dama para después succionarla por completo, se dio a la tarea invitarla a cantar canciones sobre el adulterio masculino todos los días, a la vez de pedirle a los integrantes del grupo de cantantes que alabaran aquella voz, que más que cantar hablaba. Los ojos de la anciana delineados con una gruesa línea negra que disimulaba sus arrugas, parecían salir de sus órbitas mientras Ángel le iba succionando su autonomía, pero nadie podía ver aquello, y solo se limitaban a aplaudir su cantada fea y por demás aburrida.

Llegó el día en que estando cantando la viejecita, el hombre hizo que los ojos de esta se tornaran de verdes a rojo vivo, y que la sangre brotara de ellos, mientras iba absorbiendo por su uni-ojo toda la voluntad de aquella mujer, quien hasta el día de hoy canta a diario en la página maldita canciones deprimentes, pues las letras de ellas son lo único que puede mirar por los orificios donde antes estuvieron insertos sus ojos. Todos la miran comentándole lo bello que canta, sin notar siquiera algo de lo que allí sucedió. Entretanto, Ángel disfruta su victoria de destruirla, de acabar con la mujer, de sentir que solo él -que solo chilla- no canta mal, porque la viejita que solo habla mientras canta lo hace peor que él. ¡Tamaña argucia!

Otros casos demoníacos dentro de aquella casi secta de canto fueron los que hasta ahora siguen ocurriendo. Se trata de todos los karaokeros que poseen una maravillosa voz. Entre estos se destaca una chica muy joven y de grata apariencia, que recién comenzando a cantar en la página llamó muchísimo la atención, tanto por su extraordinaria voz, como por su adorable personalidad. Con ella sucedió, que en la primera ocasión que cantó y fue oída con agrado por todos, la envidia de Ángel fue tal que persiguiendo ofenderla, le envió a su messenger su miembro sexual en fotografías para aterrorizarla, y que así despavorida abandonara la página, pues la jovencita era muy decente. Sin embargo, no sucediendo lo que el enajenado hombre quería, puesto que ella continuó cantando con su singular estilo, el uni-ojo demoníaco no pudiendo soportar aquello, encerró a la muchacha en un espacio de la página llamado: “Nueva página” de donde no podrá salir nunca más, y donde nadie podrá escucharla ni verla nunca más. ¡Sus familiares aún se preguntan qué ocurrió con la joven!

También hubo el caso de un cantante maravilloso apodado “Gieni”, a quien Ángel envidió con todas sus fuerzas y procuró arrebatarle su autonomía, pero al no lograr conseguirlo –puesto que el cantante era fuerte de espíritu–, se dedicó a interrumpir el sonido de las interpretaciones del artista, hasta hacerlo enojar de tal manera que el cantor explotó en plena función salpicando todas sus vísceras en gran parte de la plataforma, mientras que Ángel se reía a sabiendas de que hubo acabado con él, puesto que nadie que cantara bien podía subsistir allí. Todos estos hechos fueron vistos solo por mi confidente del que guardo su identidad para resguardar su vida. Después del cantante explotado en pleno show, pero que nadie vio (solo mi informante), fueron muchos a los que por cantar magníficamente se les encarceló en el espacio ya mencionado de la Nueva página.

Esta es una porción de la historia del karaoke maldito donde todos los que se ven a diario cantan horrible, y donde Ángel el uni-ojo es el que se destaca, pese a sus chillidos horrendos, pues va eliminando a todo aquel ruiseñor que quiera deleitar al mundo con su voz. Allí permanecen hoy todos los buenos artistas silenciados en la cárcel virtual que él creó, y los malos cantantes haciéndole doler los oídos al mundo entero, mientras que el resto elogia a Ángel: “Bravo Ángel, Ángel: ¡Bravo!