Soy de un pueblo pequeño que se ubica a unos 20 minutos de Santiago Tianguistenco, a pesar de que vivo cerca de grandes ciudades como Toluca, la mayoría de personas aún creen en brujas, demonios y seres paranormales. Mi caso siempre fue distinto, no creía en nada de eso, pensaba que todo debía tener una explicación lógica, no fue hasta que tuve que vivirlo en carne propia.
Sucedió hace ya casi 10 años, mi esposa y yo recién nos habíamos mudado a nuestra propia casa, era una cabaña de madera, pequeña pero acogedora. Para entonces nuestra primera hija aun no tenía ni un año de haber nacido. La gente suele decir que se debe de bautizar a los niños pequeños pues son una fuerte tentación para las brujas, ya que el sabor su sangre es dulce y es lo que les da sus poderes a estos seres de la oscuridad… llegue a escuchar casos en los que una supuesta bruja se había llevado a bebes recién nacidos o de algunos meses, que los encontraban muertos con moretones en todo su cuerpo, pensaba que eran inventos y paranoia de la gente.
Tengo una vida normal como cualquier persona de pueblo y como es costumbre llegue de noche después de la jornada de trabajo, cene y nos dispusimos a dormir, pero algo distinto tenía esa noche, el ambiente era pesado y frio, solíamos dormir en una sola cama, mi esposa del lado de la pared, mi hija en medio y yo en la orilla. Esa noche durante la madrugada comencé a tener una pesadilla, aunque no suelo asustarme con facilidad, desperté muy inquieto, me puse a meditar un rato después volví a dormir sin darle mucha importancia a aquel mal sueño.
La noche siguiente al llegar a casa tuve la sensación de que alguien me observaba a lo lejos entre las sombras… en la madrugada volví a tener la misma pesadilla, desperté un tanto sofocado, lo curioso es que en esta ocasión también mi esposa despertó, estaba llorando sumamente asustada, comenzamos a platicar y ella me contó que había tenido una pesadilla, ahí me di cuenta que prácticamente los dos habíamos tenido la misma pesadilla, aunque yo no le conté de mi sueño. Salí un momento fuera de la casa a despejarme, pero nuevamente esa sensación de estar siendo observado hizo que la piel se me enchinara, por primera vez comencé a sentir miedo, me metí rápido, esa noche ya no pude dormir…
Me fui al trabajo un tanto angustiado por lo que nos había sucedido sin pensar que vendría lo peor. Ya en la noche nos encontrábamos más tranquilos, no quisimos tocar el tema, pero algo dentro de mí solo pensaba en aquellas pesadillas y estaba seguro de que mi esposa pensaba en lo mismo. Nos fuimos a acostar en nuestra cama, mi esposa no tenía intenciones de dormir yo solo le dije —No te preocupes, no pasa nada, yo estoy aquí para cuidarlas, duérmete mi amor— pude ver como ella se iba durmiendo poco a poco teniendo a nuestra hija en sus brazos, sin embargo yo no lograba conciliar el sueño, así pasaron las once de la noche, las doce, la una y las dos de la mañana, ya casi daban las tres, todo en completa oscuridad y calma, hasta que a lo lejos comencé a escuchar ruidos extraños como de garras rasguñando la pared, pensé “será un perro” lo extraño es que no tenemos perro, no le tomé importancia pues de inmediato mis ojos se sintieron pesados y caí en un profundo sueño.
No tardó mucho de que me quedé dormido cuando aquella horrible pesadilla volvió, pero por más que quería despertar no lo lograba, sentí que no podía mover mi cuerpo, que mi voz no podía producir sonido alguno, sentí una enorme desesperación. Traté de calmarme y pude abrir mis ojos, pero sentía que algo no andaba bien, veía mi casa como en una especie de resplandor rojizo, cuando de repente algo me sacó bruscamente de la cama y me elevó por el aire, era una mujer con aspecto andrajoso y cara horrible que me mantenía en un estado de letargo, vi como esa mujer se acercaba a la puerta de mi casa sin que yo pudiera hacer algo, pero mi voluntad y valentía hicieron que recobrara el movimiento, fue entonces que me abalance sobre ella, peleamos unos segundos, segundos que fueron toda una eternidad, no sé cómo, pero le arranque la cabeza y aun así sus ojos me seguían viendo, cuando llegan aquellos recuerdos a mi mente todavía siento esa misma sensación de repudio y horror a una cabeza de rostro deforme y sonrisa burlona, en ese momento pude escuchar el llanto de mi hija, me di cuenta que aún me encontraba durmiendo. Inmediatamente mi esposa y yo despertamos, mi hija no se encontraba en los brazos de mi mujer, nos guiamos por su llanto, prendí la luz y ella se encontraba debajo de la cama, con mucho trabajo pudimos calmar a mi niña.
Fue en la madrugada de un día viernes, el reloj marcaba más de las tres, a pesar de que ya estábamos en calma algo me decía que no estábamos solos, la curiosidad me invadió y quise salir un momento de la cabaña, al abrir la puerta a unos veinticinco metros de mí, justo en el lugar donde soñé el haberle arrancado la cabeza a esa mujer se encontraba una especie de bola de fuego con una mujer dentro,tenia la particularidad de que carecía de piernas o eso fue lo que yo vi, flotaba, al cruzar nuestras miradas la bola de fuego desapareció y ya no pude ver más, me quedé sin palabras, desde esa noche dormimos siempre con la luz encendida.
Buena temática, redacción y estilo. Le asigno 7 puntos.
Una historia bien narrada, encaja perfecta en el género de terror. el final me pareció un poco flojo por las expectativas creadas en el desarrollo. Le doy un siete
Demasiado sencillo o simple La historia da miedo pero no es para tanta la cosa CD Le otorgo siete puntos.
Pesadillas: un muy buen relato de terror, sencillo, de fácil lectura. Mi calificación es un 8.
Me agrado mucho este relato. Yo haria una mejor discriminacion de oraciones con algunos puntos seguidos, no muchos. ¿A la niña la bautizaron? Claramente no, pero... No se, lo dejo a criterio del autor. Dejo nueve puntos. Saludos cordiales.