Es el misterio, y la absoluta oscuridad, lo que realmente atemoriza un corazón, y es la influencia de cuentos, películas y simples dibujos, donde se trata de representar a los horrores ficticios. Pensamos que al crecer esos pensamientos se esfuman, nos abandonan, siendo esta una mentira que nos planteamos al ser tan jóvenes que las chicas, o chicos, no forman una idea más allá de la amistad
Son esos alaridos que, inconsciente o consciente de ellos, transformamos a nuestro gusto. Quienes conozcan a la niña húmeda del pozo que oculta su rostro pálido ennegrecido por la suciedad del fondo, serán los primeros en sospechar de los sonidos de un pozo. O qué tal de aquellos que conozcan al visitante de sueños, que lleva un suéter negro, con rayas rojas, o al revés, la idea de tenerlo de inquilino definitivamente pasará por sus cabezas, y ampliando los horizontes, solo quien haya escuchado la historia del dios primigenio, encerrado bajo sus dominios, temerá del fondo del mar
Las manecillas del reloj, la punzada dolorosa en mi cabeza y el incesante quick, quick de mi compañero, me irritan al punto de haber roto dos lápices, no quiero romper mi pluma. La viscosa tinta mancha mis dedos desatando así la cólera que me reconfortaría al estar en cama. Levanto mi trasero y cuidando de no manchar el piso, llego al baño para lavar mis manos, froto como Aladino, pero la tinta se adhiere más y más. Decir que estaba enojado sería un halago para mi rabia
Entro más frustrado y menos rabioso que cuando salí. Al reposar un segundo, vuelvo a la posición sumisa de mi trabajo, fijo mi vista en los demás escritorios, donde ahora ya no hay nadie. Entro en razón al recordar que, gracias a dios, las horas de trabajo por fin han acabado, tomo mi chaqueta, suspiro de alivio, y, regocijo se inyecta en mi alma. Cuando empujo la primera puerta de vidrio me siento como un niño al salir del colegio, casi doy pequeños brincos de alegría, pero la consciencia adulta me prohíbe hacerlo
En el pasillo que me llevaría a mi libertad, los focos parpadeaban, mis zapatos rechinaban, y eso me inquietaba, cosa sin sentido, me reía de mí mismo. ¡Ja, ja, vengan alimañas, que los enfrentare con valor! Imaginaba las peleas épicas que desencadenaría en estos pasillos, que milagrosamente saldrían ilesos, pero la realidad me mostraba un camino a seguir y la obligación de terminarlo. Empuje la puerta, pero esta no cedía, fue que empuje aún más fuerte, y más fuerte, hasta que comprendí que esta nunca se movería bajo mis deseos. Las escaleras eran mi otra alternativa
En medio del hipnótico cuadrado formado por escaleras, bajaba lentamente evitando tropiezos desfavorables, creyendo que evitaba daños seguros, sentí que me acercaba a mi muerte, la idea de que, aunque mi precaución fuese efectiva, un solo desliz podría enviarme con mis ancestros. La pisada mal puesta por una cinta no atada me empujaría y arrastraría terminando con mi vida. Traicionado por mi tobillo quien doblaría y yo caería, quise ignorar estos pensamientos, pero antes de enterarme, ya estaba quieto de miedo
Tragaba saliva para humedecer mi garganta seca, respiraba profundamente para calmar mi corazón, sentía como mis ojos se abrían tratando de encontrar una esperanza en la oscuridad. Podía bajar lentamente mientras me sostenía del barandal y así llegar a la puerta, que, ojalá, estuviese abierta y no como la anterior
Llegue al piso final por orgullo propio, así logrando evitar la voz de mi padre quien se burlaría de mí, por estar atemorizado. Solo un ser nocturno sería capaz de ver mi expresión de desesperación, al sentir que la puerta no se abría. Nuevamente la pesadilla me abrazaría por la espalda, soplando en mi hombro y susurrando tan bajo que no le oiría. Cada paso subía en rebotes laterales en esta sección de concreto donde mis suspiros eran sus acompañantes. No podía ver con claridad, pero sabía que mi mano temblaba al estar cerca de la puerta, no sería como una película donde en mi espalda la cosa misteriosa me perseguiría, nada me tocaría, solo una horrible soledad me acompañaba. Cruce sin que pasara nada
Quienes describen a la noche de mágica, son los mismos que han de creer que el abrazo del sol siempre es cálido y reconfortante. La luna, ayudada por la ciudad, crean criaturas taciturnas que me observan desde la lejana profundidad de mi mente, trato de verlas, encontrarlas y hasta de matarlas, aunque es imposible, puesto que estoy en medio de un pasillo atravesando con la mirada el vidrio de la puerta
Oigo algo bajando por las escaleras de donde antes he provenido, corro sin pensar a donde. El rechinar de la puerta me estremece y el sonido de como cachetadas al agua, me hace imaginar a un ser baboso, que se arrastra para consumir a sus víctimas en una prolongada muerte, donde se puede llegar a ver como las extremidades se digieren en los internos de la estúpida bestia. Una voz débil, casi seca y polvorienta, me llama y la criatura trata de tocarme con su mano demacrada, consumida por el tiempo. Un ser de apariencia horrible y desgraciadamente descriptiva, está a solo metros de mí. La piel reseca, partida, cae como migas de pan. Los ojos hundidos, o tal vez rodeados por una profunda oscuridad. Camina débilmente, como un anciano, sosteniendo una vara con apéndices grises cubiertos de pelusa, y por detrás, arrastra un carrito donde artilugios demoniacos aguardan a ser usados. En un movimiento frenético de la criatura, escucho la sangre agitarse en su maldita carrosa del diablo, y cuando la ira me abandona y el miedo domina mi cuerpo, dejándome inmóvil, a la merced de este ser, una cálida mano, rasposa por años de trabajo, acaricia mi mejilla, y una voz quebradiza, pero amable, me pregunta, ¿Estas bien?
Me gustó la manera como se crea la atmosfera del relato, el final parece indicar que todo era fruto de su imaginación, es una duda que me surgió como lector, y la que me inclina otorgarle solo siete puntos. si mi limitada comprensión lectora no produjo una puntuación mayor, pido disculpas al autor(a)
Extraña y confusa No me parece nada del otro mundo CD Le otorgó 3 puntos
El protagonista se queda sólo en el edificio a hacer horas extra y luego no puede salir. Terrorífico en si mismo. Me gusta la descripción de como sale, el ritmo un poco lento y creo que nk entiendo del todo el final. Le doy un 7
Sin llegar a la perfección, "Sloth: horas extras", me resultó un relato muy interesante, logrando climas poco frecuentes. Sintetizando, mi calificación es un 9.
Parece como si el personaje estuviese en el laberinto del minotauro. Me gustó bastante.